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Paola Diez Berliner

Live: ¿Cómo abordamos la sexualidad en tiempos de Covid-19?

La directora nacional de Prodemu, Paola Diez, acompañada de la psicóloga clínica especialista en sexualidad, Rafaella Digirolamo, participarán de un Facebook live este jueves 14 de mayo. “Mujer y Salud Mental en tiempos de Pandemia: ¿cómo abordamos la sexualidad?”, es el título de este conversatorio.

Ambas expertas se conectarán a las 18 horas para conversar e intercambiar visiones sobre la salud mental de la mujer bajo las circunstancias de confinamiento, cuarentena y reinvención actual en medio de una emergencia sanitaria. Además, abordarán el ámbito de la sexualidad y cómo hacemos frente como mujeres a este aspecto dentro del proceso actual y todo lo que conlleva con él.

Este jueves 14 de Mayo, a las 18 horas por nuestro Facebook: Fundación Prodemu (/fprodemu) 

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Directora de Prodemu en EMOL TV: “Buscamos la forma de llegar a las mujeres directamente”

El viernes pasado la directora nacional de Prodemu Paola Diez, fue invitada a Emol TV para conversar sobre la exitosa campaña #Prodemuescucha y el lanzamiento de la nueva Ruta Digital, que prontamente entregará formación en herramientas digitales con enfoque de género, fondos concursables y capacitaciones en emprendimiento online.

Te invitamos a verla:  https://tv.emol.com/detail/20200507213215403/diez-y-pandemia-la-violencia-intrafamiliar-ha-aumentado-en-un-100

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PRODEMU Y PNUD: “ESTA PANDEMIA ES UNA OPORTUNIDAD PARA AVANZAR EN CORRESPONSABILIDAD”

La directora nacional de Prodemu Paola Diez, junto a Elizabeth Guerrero, Coordinadora de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-Chile), armaron el  live “Abordemos la pandemia con enfoque de género”, por las redes sociales de la fundación.

La conversación trató los principales desafíos y dificultades que enfrentan las mujeres para practicar la corresponsabilidad familiar en el marco del confinamiento producto de la emergencia sanitaria. Una de ellas, la dificultad de las mujeres para reconocer las tareas de la casa como un trabajo, tanto remunerada como socialmente, como una de las cosas que se ha evidenciado con esta pandemia.

 

Para la directora Paola Diez, “hoy estamos ante la gran oportunidad de ponernos de acuerdo como miembros de un grupo, se habla mucho de la corresponsabilidad y este contexto nos fuerza a llevar adelante una organización del hogar porque de otra forma no vamos a resistir”. La directora señaló que llamar a la corresponsabilidad familiar implica, por ejemplo, que los hijos que ya son mayores de 10 años sean responsables del aseo de su pieza y de colaborar con hacer la comida. “Muchas veces regaloneamos demasiado a los otros miembros del hogar que pueden y deben hacerse responsables para no continuar con esta mala educación que recibimos las generaciones anteriores”.

 

Ambas expertas señalaron las dificultades de las mujeres que están con teletrabajo y con niños en edad escolar. “Hoy en día la exigencia y la autoexigencia de las mujeres, de querer hacer todo perfecto y querer abarcarlo todo, tiene muchos riesgos para nuestra salud mental”.

 

Para Elizabeth Guerrero, coordinadora del PNUD “las mujeres que trabajan remuneradamente tampoco miden el tiempo en el que piensan en las cosas que tienen que hacer en la casa mientras están trabajando. Es habitual que estemos pensando en la ropa que está colgada, en lo que falta del supermercado o en lo que hay que cocinar, en el arreglo doméstico, cosas que los hombres no piensan”.

 

En este contexto de cuarentena, el espacio de lo laboral y lo privado de difumina, “entonces ocurren situaciones como las de una amiga que apagaba la cámara durante una reunión porque se encontraba en cocina. Muchas mujeres sienten que no les alcanza el tiempo. Esto revela que es insostenible pensar que todo el soporte doméstico lo tienen que seguir haciendo las mujeres y que cuando hay otro u otros, sólo ayudan a esa mujer”. Para la coordinadora PNUD en estos momentos hay más apertura que nunca para abordar estas conversaciones.

 

Ambas coincidieron en el desgaste que significa en las mujeres tener toda la carga doméstica en ellas, sumado al peso del teletrabajo y a la autoexigencia, que nos hace querer cumplir excepcionalmente en todo. “Entonces es así, usted trabaje y sea excepcional, porque además sabemos que nos miden con otra vara en los trabajos, además mantenga su casa esplendida y funcional al tiempo que logras que los niños estudien. Además se suma la exigencia de mantenerse bien y hacer ejercicio”, señaló Guerrero.

 

La directora de Prodemu argumentó que la salud mental será uno de los efectos secundarios que ha comentado la mesa Covid-19 que acompaña al Presidente Piñera y al ministro Mañalich. “Será un gran problema de salud en el mediano y largo plazo, por todo lo que significa el confinamiento y el aislamiento,  pero, ¿para ellas que significa? Por eso el llamado es a ser flexible” señaló.

 

Emprendimiento y brecha digital

 

En un segundo bloque el tema a tratar fueron los emprendimientos en este contexto Covid-19, donde todos los emprendimientos, sobre todo los más pequeños son los más afectados, ya que no se puede salir a vender o comprar, está afectada la movilidad y las personas consumen menos. Sin embargo, también es una oportunidad para que las emprendedoras puedan generar otro tipo de canales, a través de la tecnología y otros canales de comercialización.

 

La reflexión abarca las brechas que tienen las distintas mujeres de acuerdo a sus realidades, las que viven más alejadas, las mujeres rurales, con menores recursos y menor acceso a la tecnología, pueden quedarse atrás en estos contextos. “Vemos que la brecha digital es muy fuerte en nuestro país, que tiene que ver con el nivel socioeconómico pero también con la edad”, indicó Elizabeth Guerrero, quien agregó que la pandemia también ha demostrado que el acceso a internet y a los celulares inteligentes es mucho menos masivo de lo que se creía.

 

Finalizando, la directora Paola Diez adelantó el próximo lanzamiento de la Ruta Digital, una convocatoria que se abrirá el 4 de mayo. “Nosotros creemos que la mujer que no está digitalizada no puede lograr su autonomía integral. Por un lado no puede acceder a la información fidedigna, no puede tomar decisiones informadas, no puede comercializar sus productos o postular a trabajos”. La directora informó que 1100 mujeres participarán en el piloto, donde se buscará profundizar más allá de la alfabetización digital, por ejemplo como hacer una transferencia electrónica, como obtener las tarjetas de los bancos, acceso a capacitación.

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Mujeres privadas de Libertad en el marco del COVID-19

La semana pasada el Ministro de Justicia y DDHH ingresó al Congreso una propuesta de ley para conceder un indulto general conmutativo a personas condenadas y privadas de libertad en las cárceles de Chile, para que puedan terminar sus condenas bajo la modalidad de arresto domiciliario.

La iniciativa que se enmarca en la emergencia sanitaria a raíz del Covid-19 busca salvaguardar la vida y la integridad sanitaria de las personas privadas de libertad de grupos en riesgo como adultos mayores, enfermos crónicos, mujeres embarazadas y madres con hijos lactantes.

Uno de los grupos objetivo de PRODEMU han sido trabajar con mujeres privadas de libertad en las cárceles en todo Chile y que ha consistido en impartir talleres de cultura, arte, habilidades parentales y empoderamiento para su reinserción social y laboral, talleres que incorporan la perspectiva de género, en especial, el derecho de las mujeres a ser madres y a cuidar a sus hijos e hijas en un ambiente sano. Las mujeres privadas de libertad total embarazadas y que sus hijos e hijas nacen en las cárceles pueden vivir con ellos en el recinto penitenciario, en un lugar habilitado para ello, hasta que cumplan dos años de edad.

Si existe temor ante el contagio entre los y las chilenas, imaginemos a aquellas madres que están en las cárceles y que sienten que sus hijos corren peligro de enfermarse pues se encuentran sin el aislamiento que se requiere para prevenir el riesgo. El sacerdote jesuita y capellán de Gendarmería, Luis Roblero, con el cual trabajo y admiro, señaló en una entrevista este fin de semana, que si el virus ingresa a las cárceles será como ”una bomba”, atendido a las condiciones de salubridad y hacinamiento.

Quiero hacer presente que la situación delictiva de las mujeres es muy distinta a la de los hombres. Cerca de un 90% de ellas son madres y apenas representan el 10% del total de la población penal en el país. En un 45% están asociadas a delitos de microtráfico de drogas y un 21% a delitos de robos, de lo que se concluye que casi dos tercios de los delitos que ellas cometen tienen que ver con una dimensión económica y de falta de oportunidades, las que también son consecuencia de las muchas desigualdades que vivimos las mujeres, muy en especial, aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social, que las conduce a infringir la ley.

Quienes trabajamos de la mano con Gendarmería observamos diariamente que detrás de una mujer privada de libertad hay otra o muchas mujeres que están criando a los hijos e hijas de las reclusas, visitándolas y llevándoles lo que

necesitan. Mientras más larga es la condena, ellas van perdiendo su pareja, sus hijos las olvidan, pierden sus pocas pertenencias, pierden su dignidad.

Los tiempos que corren son una gran oportunidad para mirar lo que ocurre en las cárceles de hombres y mujeres, para dar urgencia a la mejora de las políticas carcelarias y sin duda, a escuchar el llamado desesperado de muchas instituciones que trabajan al interior de las cárceles, el mio propio, a la aprobación urgente del proyecto de ley ingresado por el Gobierno para enfrentar de manera humanitaria la crisis sanitaria que estamos viviendo.

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En las últimas semanas, el Covid-19 ha impactado nuestras vidas como una película que pasa frente a nuestros ojos muy rápido y que cambia a cada hora. 

También han cambiado nuestros comportamientos y formas de relacionarnos en los distintos espacios que se ven reducidos pues se han cerrado los parques, malls y todos los lugares de encuentro colectivo. 

En este contexto, avanzando hacia la cuarentena obligatoria, las personas de todas las edades debemos convivir en nuestros hogares, combinando el teletrabajo, el telestudio para los que tienen edad escolar, con juegos infantiles y siestas de los lactantes y pequeños.

Claramente es un desafío para la conciliación familiar, para llevar adelante un cambio de hábitos, un ejercicio de respeto, tolerancia y contención de las emociones que van aflorando en estas circunstancias y que hacen difícil estar juntos. 

Todo esto es una gran oportunidad para las familias. En nuestra cultura está arraigada la división sexual del trabajo, a mi juicio, la barrera más grande que tenemos las mujeres para participar de todos los espacios de nuestra sociedad. La oportunidad está en empujar este cambio cultural, instalando la corresponsabilidad familiar, usando este concepto que nos permitirá avanzar en la igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres. 

Aprovechar el tiempo para estrechar los vínculos de la familia a través de la comunicación es un llamado que hacemos desde PRODEMU en tiempos de crisis como la que vivimos.

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Columna de opinión: La urgente incorporación de la Mujer al Mercado Laboral

El pasado 14 de enero de 2020, el Banco Mundial informó sobre la undécima versión del estudio Mujer, Empresa y Derecho. Este mide las economías de 190 países respecto a la forma en que sus leyes y regulaciones influyen para avanzar en las oportunidades laborales de las mujeres. El valor promedio fue de 75.2 sobre 100 puntos. Chile alcanza un puntaje superior al promedio, con unos 77.5 puntos, pero por debajo al de América Latina, que tiene un promedio de 79,2 puntos.

Sin duda hemos avanzado, pero aun no es suficiente. Requerimos de la colaboración urgente de la sociedad civil, las organizaciones internacionales, las empresas y por supuesto del Estado, para aumentar la participación laboral femenina que hoy en Chile alcanza solo al 49% de las mujeres en edad de trabajar remuneradamente. El resto de ellas declaran, en un 39%, que no pueden trabajar porque están a cargo del cuidado de los hijos, de personas enfermas o de un adulto mayor dependiente y por supuesto, de las labores del hogar. Ellas trabajan y mucho, pero no obtienen ninguna remuneración por ello.

En este aspecto de nuestra cultura, Chile no ha cambiado. Existen múltiples declaraciones de buenas intenciones, pero no se traducen en un cambio en el comportamiento en las organizaciones ni al interior de las familias.

La voluntad de impulsar el cambio, está desde el comienzo del Gobierno del Presidente Piñera, en su programa de Gobierno, en las distintas iniciativas de ley y en las políticas públicas que se han implementado durante su período. La emblemática reforma al artículo 203 del Código del Trabajo presentada en agosto de 2019, más conocida como la Ley de Sala Cuna Universal, es el mejor ejemplo. Este proyecto, si llega a convertirse en ley, otorgaría el derecho a sala cuna a todas las trabajadoras, dependientes e independientes, pero aun no es prioridad del Congreso.

En la actualidad tienen derecho a sala cuna sólo las trabajadoras dependientes en organizaciones donde hay más de 20 mujeres, lo que constituye la barrera más importante de las mujeres para el ingreso al mercado laboral remunerado. Un estudio de la Consultora McKinsey señala que Chile aumentaría en un 20% su ingreso per cápita, si hombres y mujeres ingresaran al trabajo remunerado con las mismas condiciones y en el mismo número.

Por su parte, PRODEMU aporta y se compromete con la ejecución de políticas públicas de género, poniendo a disposición de las mujeres de todo Chile, un Plan de Empoderamiento que se ejecuta a través de Rutas de Aprendizaje para que ellas puedan alcanzar una autonomía integral. Este plan aborda el liderazgo social, desarrollo personal, emprendimiento rural y urbano, capacitación para el trabajo dependiente, desarrollo de habilidades parentales y corresponsabilidad en las familias, desarrollo de habilidades artísticas y culturales, y asesoramiento a organizaciones sociales compuestas por mujeres.

Un aspecto clave para el empoderamiento de las mujeres es la información de sus derechos, ya que el desconocimiento nos lleva a sufrir muchos abusos y discriminaciones en distintos aspectos de nuestra vida. Así, recorrimos todos los rincones de Chile dando a conocer y relevando los derechos que tenemos las mujeres. Acorde a lo que estamos viviendo como país y ad portas de un plebiscito para discutir si queremos o no una nueva Constitución, invitamos a todas las lectoras a participar de las Jornadas de Educación Cívica que realizaremos durante marzo y parte de abril en todo el país.

A estas alturas, se trata de un imperativo ético discutir estos temas. Es por eso que llamamos a todos y todas a sensibilizarnos y ver la urgencia de avanzar y priorizar los temas de las mujeres en todas las modificaciones legales que se encuentran actualmente en trámite legislativo, porque sólo eliminando estas barreras de género llegaremos a ser un país más justo.

Esta columna fue publicada el lunes 2 de marzo en Cooperativa.

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Directora Paola Diez encabeza operativo Mujer Porteña para afectadas por incendios en Valparaíso

La Directora Nacional de Fundación PRODEMU, Paola Diez, se trasladó este jueves 15 de enero hasta el cerro Rocuant en la Región de Valparaíso para encabezar un nuevo operativo “Mujer Porteña”, el cual consistió en la entrega de enseres de primera necesidad para más de 150 mujeres afectadas por el incendio forestal del pasado 24 de diciembre.

La directora nacional de PRODEMU Paola Diez visitó el sector y compartió con un grupo de mujeres afectadas, las cuales en su mayoría son adultas mayores. Para la Directora esta visita es “un ejemplo que damos cuando hablamos de que nuestra fundación está en todas partes y se hace cargo de las necesidades y urgencias de las mujeres de Chile”, asimismo destacó la dedicación y compromiso que tienen los trabajadores y trabajadoras de PRODEMU, así como el resto de los voluntarios que se encuentran en el sector apoyando y conteniendo la emergencia desde el primer día. Para la directora Diez “el operativo fue muy hermosos y gratificante ya que fue un momento en el que pudieron preocuparse de ellas mismas por primera vez desde los incendios”.

Gracias al aporte de las empresas Waltmart y PC Factory, PRODEMU pudo llevar a cabo la segunda parte de la entrega de una serie de enseres de primera necesidad como jabones, desodorantes, cremas de cuerpo, tampones, tollas higiénicas, cepillos y pastas de dientes, entre otros a más de 150 mujeres que perdieron todo tras los incendios.

En la instancia además PRODEMU comprometió cupos preferenciales y prioritarios en las Rutas de Aprendizaje de la Fundación para este año 2020. 

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Acuerdo por la Paz y Buen trato 

Según el índice de GINI, Chile es el quinto país con menor desigualdad de América Latina con un  0,46, en que 0 es el más igual y 1 es el más desigual. Gini es la diferencia de ingresos que tiene el 10% de personas de mayores ingresos comparado con el 10% de menos ingresos. Hemos bajado estos índices pero en Chile las personas no lo sienten ni perciben de esa manera, todo lo contrario, estiman que en Chile la desigualdad ha aumentado. ¿Por qué sucede esto? Uno de los factores que índice en esta percepción tan disímil con los números que internacionalmente comparan los coeficientes de desigualdad, tiene que ver con el  mal trato o trato abusivo que las personas viven en nuestro país, concluyendo de que en buena medida, se trata de un problema cultural.

La palabra abuso se ha ido instalando en el inconsciente colectivo chileno. El trato que damos a los demás, la forma de comunicarnos, el uso del lenguaje explícito y  no verbal, la agresividad cotidiana, el poder indebido que usa el que tiene más o el que jerárquicamente está por sobre otro, el bulling. Esto no tiene que ver con los ingresos de unos y otros solamente, tiene que ver con la forma de relacionarnos, de mirarnos y tiene que ver con los límites de lo que está permitido legal y socialmente. Los límites se han ido corriendo y muchas veces, hay ausencia de ellos. Desde la relación entre hijos e hijas y los padres, la relación de los ciudadanos con la autoridad y el cumplimiento de las normas que nos rigen, la falta de autocuidado respecto a los consumos de drogas y la atención a nuestro cuerpo. Hoy todo se puede, nada está prohibido y además, es aceptado y pocos se levantan contra eso.  

La crisis social que vivimos, estimo, tiene que ver bastante con eso. El buen trato, el respeto y delicadeza se han ido perdiendo, el saludar y agradecer, la sensación y la certeza de que la propiedad de otros y la propiedad común es intocable porque se sabe el enorme esfuerzo que hay detrás, el respeto hacia el ser más profundo de cada uno, aunque seamos diferentes. Tiene que ver con la actitud, el estar atento a la necesidad del otro más que al beneficio propio, entender que vivimos en una sociedad que ha establecido reglas de funcionamiento que debemos cumplir, no eludir ni evadir y los que así lo hagan deben responder por ello, porque una sociedad sin normas no puede sostenerse.

Pero, no se nace con estos principios estructurales de funcionamiento, estos se educan, las personas nos formamos en buen trato y en el entendimiento de la sociedad y esto se inicia al interior de la familia. PRODEMU ejecuta unos de los programas más exitosos de su oferta programática. El Programa Corresponsabilidad y Habilidades Parentales, que mediante talleres en que participan hombres y mujeres que tienen a cargo niños, niñas y adolescentes, se capacitan en comunicación efectiva, resolución de conflictos, prevención de la VIF, buen trato, definición de límites y reglas en la familia, entendiendo los derechos de cada cual, roles y estereotipos de género y la familia como agente socializador y protector.

En este Programa se trabaja con 4,000 hombres y mujeres y tiene impacto indirecto en unas 12,000 persona. Para el año 2020 lo estamos fortaleciendo para llegar a mejor y a más beneficiarios, esperando poder contribuir a aliviar a muchas familias que necesitan ser acompañadas en los tiempos que corren, los que no son fáciles, más aun cuando se tiene menores a cargo. Estamos seguros que con iniciativas como esta, Chile avanzará hacia ser un país más justo, más desarrollado y de buen trato ciudadano.

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“La crisis social y el aporte de PRODEMU”

La crisis social que vivimos en Chile nos produce múltiples sentimientos que nos envuelven e intervienen nuestra vida, la de nuestras familias, la de todas y todos. En esta columna comparto los míos. Primero, impacto y tristeza. Cómo no vimos venir este estallido social, su magnitud, la desesperación que tienen tantos. Después, optimismo, al ver que lo que estábamos viviendo era una oportunidad para escuchar, dialogar y corregir el rumbo, si era necesario, no solo del gobierno, mi gobierno, sino que de todas las instituciones chilenas cuya credibilidad hace mucho es desoladora. Hoy mi sentir es de una enorme preocupación, pero no he perdido la fuerza y no he cedido al miedo. Veo que la violencia, sin límites, sin precedentes en democracia, la destrucción de nuestras ciudades, de nuestro patrimonio público y privado con la condena a medias de muchos son mezquindades que no podemos permitir.

Las miles de personas que pacíficamente han salido a las calles a marchar han permitido nuestra reflexión acerca de las desigualdades que a diario enfrenta la mayoría de los chilenos, afectando de mayor forma a las mujeres, que históricamente hemos tenido menos oportunidades. Para la mayoría de los chilenos y chilenas, el empleo, una enfermedad catastrófica, no tener un techo seguro para vivir o la pobreza en la vejez son situaciones a los que muchos tienen miedo de verse enfrentados. En Chile un 22% de las mujeres se encuentra en situación de pobreza multidimensional, es decir, tienen dificultades en el acceso a la vivienda, salud, educación, trabajo y redes. Las mujeres viven y sufren la violencia sólo por el hecho de serlo. Tenemos apenas un 25% de representación en cargos políticos de acuerdo a cifras de ONU y la falta de políticas de cuidado y corresponsabilidad nos perjudica para acceder al trabajo remunerado.

Prodemu nace el año 1990 para escuchar, contener y hacerse cargo de las demandas, requerimientos y necesidades que tenían las mujeres, cuando en Chile había un 50% de pobreza por ingresos, y en que la mayoría de los vulnerables eran mujeres. Prodemu hoy continua con esa misión y aportaremos, en esta crisis, con el fortaleciendo de nuestros Consejos Participativos, instancias en que se reúnen mujeres de todas las edades sin distinciones, participantes y ex participantes, trabajadoras dependientes y emprendedoras, representantes de pueblos originarios y migrantes, no sólo para que revisen y debatan sobre nuestras líneas de acción y del Estado, sino que, además, se escuchen y discutan de las necesidades que tienen sus comunidades, sus familias y también ellas como sujetos de derechos. Lo que se dialoga en las 54 provincias en las que tenemos una sede, es sistematizado, registrado a nivel central y entregado al Ministerio de Desarrollo Social y de las Familias.

Por otra parte, quienes tenemos la posibilidad de ser escuchados debemos ser responsables y aportar desde nuestra tribuna a la reconstrucción del sentido de comunidad tan necesario en estos momentos, por eso hago un llamado a trabajar, sin descanso, con un objetivo claro: el contagiar a otros. Contagiar, con nuestro ejemplo, nuestra actitud, nuestro lenguaje, la escucha, los diálogos y acuerdos, contagiar el respeto sin condiciones a los derechos y libertades de todos y todas, contagiar el cuidado por nuestra democracia, la que tanto nos costó recuperar y por la que muchos dieron su vida.

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Mujeres y Salud Mental

Chile es uno de los países con los índices de depresión más altos del mundo. Así lo definió el Informe de Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes, realizado por la OMS, que concluye que en nuestro país hay 844.253 personas mayores de 15 años que tienen depresión, es decir, el 5% de la población. Según el estudio, la prevalencia de síntomas no necesariamente diagnosticados muestra una clara brecha de género. Un 8,5 % de los hombres presenta la enfermedad mientras que en las mujeres es de un 25,7%. A nivel mundial, los hombres que sufren de depresión llegan a un 3,8% y las mujeres a un 5,1%.

Más allá de los temas genéticos y hormonales que nos llevan a ser más propensas a enfermedades de salud mental, otra de las causas a considerar es un tema cultural y social: la enorme carga emocional debido a lo que se espera de nosotras por el hecho de ser mujeres.  Ser mujer hoy implica una sobre exigencia. Se nos pide ser buenas madres, buenas parejas, buenas trabajadoras y vemos como muchas mujeres siguen siendo las únicas encargadas de las tareas domésticas y de cuidado, existiendo aun un bajo involucramiento de los hombres. Tareas de cuidado que no sólo se refieren al cuidado de los hijos e hijas, sino también, a adultos mayores dependientes, enfermos y miembros de la familia en situación de discapacidad. Esto disminuye las posibilidades de desarrollo personal y laboral de las mujeres y restringe considerablemente la libertad sobre el uso de su propio tiempo. La última encuesta del Uso del Tiempo del INE señala que las mujeres dedican 4 horas al día a estas tareas mientras que los hombres dedican 1,91 horas.

A lo anterior debemos agregar otros factores como la migración, las drogas y las situaciones de violencia que sufren muchas mujeres, factor que incide fuertemente considerando que, en 2017, un 21,03% de mujeres declaró haber vivido una o más situaciones de violencia (física, psicológica o sexual) en los últimos 12 meses, según el INE.

PRODEMU, como actor clave en el trabajo con mujeres en situación de vulnerabilidad, la salud mental de ellas es una de sus preocupaciones. Trabajamos con 60 mil mujeres al año, en todas las regiones del país, buscando que logren su empoderamiento y autonomía integral, proceso donde conocen sus derechos y descubren sus habilidades, lo que conlleva a que mejoren su autoestima y reconozcan su valor y talento, generando consecuencias positivas y aumentando su calidad de vida y bienestar.

Con ese objetivo, PRODEMU, a través de Rutas de Aprendizaje, forma, informa y acompaña a mujeres que buscan fortalecer su autonomía física y para la toma de decisiones y el desarrollo de sus competencias personales y laborales, fomenta el buen trato dentro del grupo familiar, la comunicación, la corresponsabilidad, la prevención de la violencia intrafamiliar y el consumo de drogas y alcohol. Uno de sus talleres más relevantes es el de Salud Mental en que las participantes pueden conocer cuáles son los principales trastornos, qué factores pueden afectar negativamente, desmitifica ideas erróneas sobre las enfermedades mentales, enseña a cómo cuidarse y dónde acudir en caso de requerir ayuda especializada.

Para que la salud mental de las mujeres no siga empeorando, es fundamental trabajar para lograr la autonomía integral de las mujeres, pero además es muy necesario recalcar que todos somos responsables de terminar con la desigualdad de género. Necesitamos que nuestro país se comprometa por la equidad para alcanzar el bienestar físico y mental de todos y todas”.

*Esta columna fue publica en el medio digital Cooperativa: https://opinion.cooperativa.cl/opinion/salud/mujer-y-salud-mental/2019-10-10/092420.html

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