Portada
by webProdemu

Las mujeres Prodemu están cuidando a otros/as, son esas que viven en el espacio privado de sus hogares, donde no se las ve, están a cargo de las labores domésticas no remuneradas. Son esas mujeres que no han terminado su educación escolar porque no han podido, son aquellas que viven en lugares aislados, en la ruralidad o sin conectividad, son esas jefas de hogar que deben trabajar sin descanso, saben que son el sostén de sus familias. Ellas no marchan.

Las mujeres Prodemu son aquellas que reconocen sus talentos, muchas no han podido desplegarlos, viven, sobreviven, nunca se quejan. Son aquellas que sufren violencia de género sin saber cómo salir de ella y viven con temor, son esas mujeres que han sido abusadas y de mayores les duele como si fuera ese día, son mujeres abandonadas por sus padres, madres o parejas, las dejan, sin que nunca más se sepa de ellos y les duele, se emocionan. Ellas no marchan.

Las mujeres Prodemu pertenecen a pueblos originarios, saben que sus hijos y sus nietos aprenderán su lengua, sus costumbres ancestrales, su transmisión está en sus manos, son también esas mujeres migrantes, que llegan a Chile con la esperanza de un mundo mejor, pero les cuesta adaptarse, extrañan su patria, su familia. Son esas mujeres feriantes, que se levantan mucho antes de que amanezca para armar sus puestos, llevan a sus hijos con ellas, que corretean entre verduras, pero aman lo que hacen. Ellas no marchan.

Las mujeres Prodemu trabajan en la pesca artesanal, cuyo oficio no es reconocido en la ley, son charqueadoras, ahumadoras, rederas, fileteadoras, que ganan un ingreso solo si la pesca es buena, pero que están ahí, detrás del hombre pescador. Son esas mujeres privadas de libertad que anhelan volver a ver sus familias y cuando salen, no las encuentran, no las han esperado. Son las mujeres de la olla común, solidarias, que mueven montañas para conseguir alimentos. Son las mujeres de campamento, dirigentas innatas o aprendidas, aguerridas. Ellas no marchan.

Estas mujeres participan en Prodemu, se escuchan, con respeto y emoción, se apoyan, se atreven, lloran sus historias, se levantan día a día, algo les da fuerzas.

Prodemu las invita a desplegarse, a identificar sus derechos, les permite avanzar hacia su empoderamiento, para que reconozcan su valor, el impacto que producen solo por ser ellas mismas. Con Prodemu avanzan en su libertad, en su propia identidad. Prodemu las conoce bien. Prodemu permite que su voz se escuche, llegando a cada una de ellas, acompañándolas en sus caminos de vida.

 

 

Son las mujeres de Chile, son las mujeres que no marchan no porque no lo quieran.

 

Por las mujeres que no marchan

by webProdemu

Por las mujeres que no marchan

Son las mujeres que cuidan, que viven en el espacio privado de sus hogares donde no se las ve, están a cargo de las labores domésticas no remuneradas. Son esas mujeres que no han podido terminar su educación escolar, son aquellas que viven en lugares aislados, desde Visviri a Puerto Williams, las que viven en la ruralidad o sin conectividad. Son las jefas de hogar que deben trabajar sin descanso porque saben que sostienen a sus familias.

 

Son aquellas que reconocen sus talentos, pese a que muchas no han podido desplegarlos, viven, algunas sobreviven, pero nunca se quejan. Muchas sufren violencia de género sin saber cómo salir de ella y viven con temor, son esas mujeres que han sido abusadas y aún les duele, como si fuera ese día.

 

Son aquellas que pertenecen a pueblos originarios, sus hijos, hijas y nietos aprenderán su lengua, sus costumbres ancestrales, saben que su transmisión está en sus manos. Son las mujeres migrantes, que llegan a Chile con la esperanza de un mundo mejor, pero les cuesta adaptarse, extrañan su patria. Son las mujeres feriantes, que se levantan mucho antes de que amanezca para armar sus puestos, llevan a sus niños y niñas, que corretean entre verduras, pero aman lo que hacen.

 

Son las mujeres de la pesca artesanal, charqueadoras, rederas, ahumadoras, cuyos oficios no son reconocidos en la ley, que ganan un ingreso sólo si la pesca es “buena” pero que están ahí, detrás del hombre pescador.

 

Son las mujeres privadas de libertad que anhelan volver a ver a sus familias pero cuando salen, no las encuentran, porque no las han esperado.

 

Son las mujeres que se levantaron y organizaron ollas comunes, solidarias, que mueven montañas para conseguir alimentos para lograrlo. Son las mujeres que viven en campamentos, dirigentas innatas o aprendidas, aguerridas.

 

Son esas mujeres que se apoyan unas a otras, se escuchan, con respeto y emoción, se atreven a contar, se sienten iguales, se juntan porque así tienen más fuerzas. Lloran sus historias, las escriben, siempre sonríen, se sostienen en lo positivo de sus vidas.

Prodemu las invita a avanzar en su libertad, a desplegarse, a identificar sus derechos y cómo ejercerlos, les muestra un camino para desarrollar su empoderamiento, para que reconozcan el impacto que producen solo por ser ellas mismas.

 

Prodemu las conoce bien, llega a ellas, les ofrece capacitación con enfoque de género y acompañamiento.

 

La realidad de las mujeres que se acercan a PRODEMU, es la realidad de la mayoría de ellas, son las mujeres de Chile, son las mujeres que no marchan, no porque no quieran sino porque aún no pueden.

 

Paola Diez Berliner
Directora Nacional de PRODEMU