Columna de opinión, Día del adulto mayor

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Sin duda este año estará marcado por las noticias negativas 

El 1 de octubre se conmemora el día del adulto mayor y este año, sin duda, estará marcado por las noticias negativas que afectan a este sector, que sin bien conmueve a muchos, moviliza a pocos, siendo los adultos mayores uno de los sectores más abandonados del país.
El suicidio de una pareja de adultos mayores en Conchalí o el incendio de un asilo de ancianos en Chiguayante, en el que fallecieron 10 mujeres en condición de postradas, dan cuenta de la vulnerabilidad en la que se encuentran las personas mayores de 65 años, que representan el 11.4% de los chilenos.
Según la Encuesta de Calidad de Vida del Adulto Mayor (Encavidam), dada a conocer en el mes de julio por la Subsecretaría de Previsión Social, el 44,6% de los adultos mayores que trabajan, lo hacen por cuenta propia. El 59% declara que su situación económica es “regular”, y un 42,8% dice que su salud es “buena” o “muy buena”. Sin embargo, un 46,5% se siente menos feliz que cuando eran jóvenes.
La autonomía, la probabilidad de contar con redes afectivas, la percepción de su situación económica y, de manera directa y la posibilidad contar con ingresos suficientes para cubrir sus gastos, son factores determinantes en la calidad de vida de los adultos mayores, por lo tanto, son estos los puntos en los cuales deben continuar enfocándose las políticas públicas orientadas a este sector de la población.
La tasa de empleo asciende a un 36,7% mostrando las habituales brechas de género, que también existen para otros tramos etarios. Mientras que 54% de los hombres está ocupado, solo 22% de las mujeres está en esta condición. Por otra parte, se aprecia que las mujeres tienen un peor indicador (y peor calidad de vida asociada) casi de 7 puntos porcentuales menos, que los hombres. Sin perjuicio de lo anterior, el indicador 2.2 muestra que un tercio de las personas mayores no tuvo en el último año ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Caracterizar a este grupo para efectos de examinar su situación y las políticas públicas de las que son beneficiarios podría ser un ejercicio de interés futuro.
Los casos de suicidio en adultos mayores son muchos. Entre los años 2010 y 2015, un total de 935 mayores de 70 años se suicidó en el país, según datos de las últimas Estadísticas Vitales 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
da: los mayores de 80 años tienen la tasa más alta de suicidios del país, con 17,7 suicidios por cada 100 mil habitantes, seguido por las personas de entre 70 y 79 años, que tienen una tasa de 15,4. El promedio nacional, es de 10,2, según un estudio realizado por Ana Paula Vieira, académica de Gerontología de la U. Católica y presidenta de la Fundación Míranos, que aborda esta temática. El trabajo, realizado a partir de datos de defunciones del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadísticas entre los años 2002 y 2015, muestra que para el año 2015 en el grupo de 20 a 39 años la tasa de suicidio llegó a 12,5, mientras que para los mayores de 60 años la tasa fue de 14 (ver infografía).
Existe una normalización del fenómeno del suicidio de los adultos mayores y se asume como comprensible que quieran morir, indica Daniela González, psicogeriatra. Pero toda persona que comete suicidio no está bien, aclara, no es un fenómeno normal, independiente de la edad. “No es normal que uno quisiera morirse teniendo más años. Pero cuando empieza a haber dificultades como son las enfermedades terminales irreversibles, que generan una imposibilidad de abordarse económicamente, lo que se genera al final de cuentas es un tema de desesperanza enorme, y se instala el tema del suicidio como una salida honrosa”, dice González.

En estos casos, cuando se decide un suicidio, lo que se busca es acabar con su sufrimiento, explica Vieira. “A veces no quieren morir, sino terminar con su sufrimiento, con el tema de la desesperanza, la falta de camino o que no encuentra los recursos para lidiar con lo que está pasando en su vida”.

José Miguel Aravena, director de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, explica que los principales factores que predisponen al suicidio en adultos mayores son la soledad, depresión, morbilidad y dependencia. Y los estudios muestran que la población con diagnóstico psiquiátrico presenta un riesgo de suicidio entre seis y 20 veces mayor que la población general.

El fenómeno del suicidio es multifactorial. Es complejo tratar de evitarlo, porque existen muchos factores, “pero mejorar la red de apoyo social de los adultos mayores es uno de los factores que se ha demostrado es determinante en el tema depresivo”, dice Daniela González, psicogeriatra
Socialmente, la negativa percepción sobre vejez no es favorable. Por eso, algo importante es el cambio necesario en la visión que se tiene para la vejez, advierte Vieira. “Es una etapa del ciclo vital, tiene pérdidas, pero también hay muchas ganancias”.
Por una parte, se analiza la empleabilidad de los adultos mayores. Si viviremos más y con mejor salud, es necesario abordar la pregunta de su participación en el mercado laboral y los desafíos públicos que ello implica. El segundo foco es la ciudad: si tendremos más adultos mayores y más activos ello implica un grupo de personas que seguirá movilizándose por la ciudad, requiriendo de servicios y buscando satisfacer sus intereses. Se abordan entonces los desafíos que tendrán que abordar las políticas de desarrollo urbano en la próxima década para hacer de nuestras ciudades lugares más amigables para el adulto mayor.
Por una parte, se analiza la empleabilidad de los adultos mayores. Si viviremos más y con mejor salud, es necesario abordar la pregunta de su participación en el mercado laboral y los desafíos públicos que ello implica. El segundo foco es la ciudad: si tendremos más adultos mayores y más activos ello implica un grupo de personas que seguirá movilizándose por la ciudad, requiriendo de servicios y buscando satisfacer sus intereses. Se abordan entonces los desafíos que tendrán que abordar las políticas de desarrollo urbano en la próxima década para hacer de nuestras ciudades lugares más amigables para el
adulto mayor.

Si miramos a la población de mujeres que participan de la fuerza de trabajo, son las mujeres adultas mayores quienes registran la tasa de participación laboral más baja, este grupo en específico ha incrementado su participación laboral desde 2013, pasando de 279.663 adultas mayores en la fuerza de trabajo a 381.513 en 2017. Es relevante generar un cambio de paradigma en cuanto al aporte que generan los adultos mayores y que no es valorado por la ciudadanía. La encuesta CASEN 2017, revela que las adultas mayores se sienten más discriminadas por su edad que el resto de la población femenina.

Chile se encuentra en un proceso de envejecimiento, con una expectativa de vida de 83 años en el caso de las mujeres, por tanto, las medidas anunciadas por el gobierno de establecer una política de envejecimiento positivo y preocuparse por su calidad de vida adquiere mayor relevancia cada día.
Se pudo estimar que cerca de 12% de los ingresos mensuales de las personas mayores,
está destinado a gastos en salud. Existe un marcado patrón por sexo, con las mujeres
gastando casi tres veces más en salud que los hombres.
No obstante la estrechez económica, o austeridad con la que las personas mayores viven,
se tiene que para 92% de los adultos mayores los ingresos son iguales o mayores a sus
gastos . 47% de las personas mayores evalúa como “bueno” o “muy bueno” su estado de salud.
Se puede destacar que, las mujeres, auto-reportan una peor evaluación que los hombres,
lo que es coherente con el mayor gasto que realizan en salud según se indicó en la sección
anterior El indicador 4.4 muestra que, mientras 23% de los hombres tiene una visión positiva de
la vida, dicha proporción es inferior (casi 18%) en las mujeres.

Paola Diez Berliner, 
Directora Nacional 
Fundación PRODEMU

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